miércoles, 3 de octubre de 2018

CUESTIONES ULTRAPROFÉTICAS




CONTENIDO RESUMIDO

Para ver el Contenido General: https://magnopadecimientocontenido.blogspot.com


I. Caballo blanco: https://magnopadecimientoguerra.blogspot.com
A. Crónica de la Tercera Guerra Mundial
B. El Armagedón
C. Armas secretas develadas por clarividentes

A. El Anticristo
B. Petrus Romanus
C. Las enfermedades
D. El hambre
D. Los Tres Días de Oscuridad
E. La Parusía


IV. Benjamín Solari Parravicini: https://magnopadecimientobsp.blogspot.com
A. La Biblia
B. Benjamín Solari Parravicini


Videntes principales II: https://magnopadecimientoprincipales2.blogspot.com

Videntes principales III: https://magnopadecimientoprincipales3.blogspot.com

VI. Videntes secundarios I (244): https://magnopadecimientosecundarios1.blogspot.com


VII. Videntes otras alternativas I (151): https://magnopadecimientoalternativas1.blogspot.com
A. Amerindios (21)
B. Subcontinente indio (19)
C. Musulmanes (9)
D. Judíos (4)
E. Extremo Oriente (4)

F. Ortodoxos griegos (5)
G. Ortodoxos rusos (28)
H. Profecías marianas (34)
Videntes otras alternativas III: https://magnopadecimientoalternativas3.blogspot.com
I. Galicanos (38)

VIII. Cumplimiento inminente de profecías apocalípticas: https://magnopadecimientocumplimiento.blogspot.com
A. Migrantes
B. Corea
C. La naturaleza atormentada
D. El colapso económico
E. El grande de California
F. El asesinato de Trump
G. La señal
H. Medio Oriente
I. La anarquía en EE.UU.
J. Conflicto en los Balcanes
K. La destrucción de Nueva York

VII. Cuestiones ultraproféticas: https://magnopadecimientocuestiones.blogspot.com
A. La clarividencia
B. De la era capitalista a la era apocalíptica
C. En el espíritu de El Capital de Marx
D. Las peculariedades de la economía de los Estados Unidos




A. LA CLARIVIDENCIA



1. La posibilidad de la clarividencia


Wikipedia y otros portales científicos niegan de plano la posibilidad de la clarividencia. Ésta sería “una hipotética capacidad de percepción extrasensorial que permitiría a algunas personas recibir o adquirir información de acontecimientos futuros. Ciertamente, no existe ninguna evidencia científica de que tal capacidad exista, sólo existen testimonios de personas que se adjudican a sí mismas esta capacidad. Los actos de clarividencia declarados contradicen abiertamente a las leyes físicas para una percepción basada en medios físicos conocidos”.

Esta aseveración de la ciencia experimental es sustentada filosóficamente por el empirismo inglés, cuyos máximos exponentes fueron Thomas Hobbes (1588-1679), John Locke (1632-1704), George Berkeley (1685-1753) y David Hume (1711-1679). Esta doctrina filosófica considera que el contacto de los sentidos de percepción con las cosas es la única fuente válida del conocimiento al capturar las formas con que las cosas impresionan, siendo las impresiones el material que es transmitido hasta los centros superiores donde se forman las ideas generales o conceptos. El objeto del conocimiento son las ideas y su origen está en los sentidos. Lo que podemos actualmente constatar es que tanta gente durante tanto tiempo haya sido embelesada por el tan poco humanista y metafísico empirismo inglés, que ha moldeado nuestra cultura, aceptando ciegamente la aseveración del distinguido filósofo y matemático inglés, Bertrand Russell (1872-1970), quien redujo nuestra capacidad para conocer solo a, “lo que la ciencia puede decirnos”.

Sin embargo, tanto la ciencia como el empirismo están equivocados respecto, entre otros temas, a la clarividencia, ya que ésta está fuera del alcance de la primera y la epistemología del segundo no considera que el intelecto humano es tanto racional como abstracto (ver: http://unihum5.blogspot.com). Primero, el ser humano puede obtener nuevo conocimiento relacionando ideas en juicios y relacionando estas proposiciones para llegar a conclusiones lógicas que no están implícitas en sus premisas o juicios. Segundo, él puede tener un conocimiento más abstracto y trascendental cuando relaciona ontológicamente contenidos de conciencia o ideas cada vez más abstractas y universales. También él puede, no inducir, sino que deducir leyes de la naturaleza que allí operan y que resultan de las relaciones causales observadas o experimentadas cuando son ontologizadas.

En el caso de la clarividencia, que se encuentra mucho más allá de las posibilidades experimentales de la ciencia, el punto crucial que nos ocupa es que desde el punto de vista de la metafísica podemos afirmar que el universo material de materia y energía, causa y efecto, proceso y cambio es solo una parte de la realidad. En este universo la materia es condensación de energía en dos instancias, como masa y como carga eléctrica, sus partes interactúan entre sí mediante la energía y, al interactuar, generan, en contra de la opinión de Einstein que supone que son anteriores al universo,  el tiempo y el espacio, los cuales se comprenden como duración y extensión de los procesos. Por consiguiente, el universo material, donde existimos mientras vivimos, es posterior y menor que la realidad total, que es de energía. En la realidad de la energía, que algunos llaman ‘lo espiritual’, no hay ni tiempo, espacio, causalidad ni proceso, y un clarividente que consiga de alguna manera trascender su limitado universo material de tiempo podrá “ver” el futuro. Así, solo algunos humanos poseen el don de clarividencia que permite transcender el espacio-tiempo que nos mantiene recluidos en lo material, superar el presente y hablarnos del futuro. Muchos otros dicen tenerlo, pero engañan.

Existirían tres instancias distintas para conocer el futuro y que están plenamente documentadas en el Internet. Ésta herramienta de las comunicaciones electrónicas ha logrado traspasar la barrera editorialista de la prensa que impedía publicar asuntos que no tuviera mercado seguro, aunque alguno estuviera interesado pero la editorial no lograba informarlo. Por el contrario, en el Internet uno encuentra toneladas de basura que no ha podido ser filtrada por una principal función de toda editorial, simplemente porque no existe allí orden ni protocolo alguno. Ahora bien, como organismos biológicos que somos, llegamos no obstante a desarrollar una conciencia profunda o espíritu que nos permite transcender el universo material. Así, algunos humanos cuando están vivos tendrían al menos tres maneras de conocer la realidad futura desde la realidad de la energía.

1. La experiencia cercana a la muerte (ECM) sería el caso de Sarah Hoffman. Según ella, tuvo visiones del futuro después de haberse quitado la vida por suicidio frustrado y antes de haber sido revivida.
2. La experiencia fuera del cuerpo (EFC) en viajes al futuro sería los casos de Alois Irlmaier y la mujer de Valdres.
3. Por último, estaría la manera del contacto mediúnico con espíritus de muertos. Tal serían los casos de Arthur Conan Doyle y de Benjamín Solari Parravicini.

Como se verá más adelante, los relatos del vidente son visiones desde una cierta perspectiva de algún acontecimiento particular, son no obstante mezclas de lo revelado con su propia fantasía particular, prejuicios, conocimientos y cultura, puesto que le sería muy difícil suprimir su imaginación e intelecto, y también desde algún lugar del espacio; asimismo, en casos, el vidente puede haber sido influido por profecías relacionadas que ha conocido. Posteriormente, dependerá de cada lector su propia mirada crítica para aceptar aquello que le parece más verdadero de lo que aquél predijo. Al parecer, el trance parapsicológico por el que pasa el vidente es algo confuso, intentando describir cosas de las cuales no tiene experiencia. Muchos videntes tienen la tentación de predecir hechos que no le han sido revelados o tergiversar lo visto para adaptarlo a su propia idea de las cosas.

Lo más importante de ser destacado es que existe una total coincidencia, concordancia y coherencia sobre el futuro inminente que nos espera por parte de alrededor de más de un centenar de relatos que se exponen. Cada clarividente describe el futuro desde su propia perspectiva, como dando una pincelada particular. El conjunto de profecías componen un cuadro tan coherente de lo que acontecerá próximamente como desgarrador. Lo interesante es que tantos videntes hayan dejado sus videncias sobre un marcado periodo de la historia humana. Sin duda alguna, este periodo será una época crucial y debemos estar muy atentos a ella.


2. La posibilidad de determinar la fecha


Una fecha definida no puede ser predicha. La fecha exacta de los dos acontecimientos que se profetizan para el futuro próximo, que son la Tercera guerra mundial y los Tres días de oscuridad, es imposible determinarla. Incluso en Mateo 24, 36 se dice taxativamente, “Respecto a aquel día y hora nadie sabe, ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sino solo el Padre”. Por otra parte, a lo largo de la historia se ha pretendido confirmar una fecha definida para la Parusía o el fin del mundo. Por ejemplo, es sabido que en Europa se creyó que el 1 de enero de 1000 sucedería el fin del mundo al cumplirse los mil años del nacimiento de Jesucristo. Varios clérigos cristianos habían predicho el fin del mundo para dicha esta fecha, incluyendo el papa Silvestre II (945-1003) y en toda Europa se produjeron disturbios. En la Época Contemporánea, los milleristas anunciaron la Segunda Venida en primera instancia para el año 1843, y finalmente para el el 22 de octubre de 1844.  Al no cumplirse la Segunda venida de Cristo anunciada, William Miller, su líder, dicho evento pasó a ser conocido como el Gran Chasco, el cual dio origen a varios grupos apocalípticos como los adventistas del séptimo día y los testigos de Jehová. En fecha reciente, este acontecimiento y fin del mundo ha sido anunciado vanamente para los años 2000, 2001 y 2012 y nada de lo anunciado ocurrió, ni tampoco lo supuestamente anunciado en el calendario maya para el 23 de diciembre de 2012.

Sin embargo, como en el cuento de Pedrito y el lobo, no se puede estar señalando todo el tiempo un año preciso, sino el año sería solo una aproximación. Por otra parte, circula profusamente en Internet una profecía que se imputa a Edgar Cayce, considerado en EE.UU. un famoso vidente, profecía que no he podido corroborar leyendo a Cayce, el pronosticar que el 44º presidente (Barack Obama) pulsaría el botón rojo. Puesto que muchos videntes han profetizado que el comienzo de la Tercera guerra mundial será en el mes de julio lo que, a estas alturas, el año del comienzo de la guerra sería el 2016, año que no podemos sin embargo excluir. Podemos suponer que esta profecía es falsa y fue un engaño subido probablemente al Internet durante las elecciones presidenciales de EE.UU. por su oposición electoral.

a. Mes

Aunque solo Nostradamus, en su cuarteta 9:83, dice que los Tres días de oscuridad el día veinte de Tauro (11 de mayo), y otros que será en una noche fría, existiría mayor evidencia respecto al comienzo de la Tercera Guerra Mundial, que supuestamente sería a finales de julio, según ha sido predicho por los siguientes clarividentes:

Alois Irlmaier (1854-1959)
“Un año lluvioso, con buena cosecha, que lamentablemente se perderá por la guerra. “

Una profecía de 1622
"El mes de junio traerá el comienzo de los problemas, pero no será sin embargo la verdadera guerra. En el mes de julio, la movilización general, se iniciará. En agosto, todas las personas involucradas comenzarán a sentir los efectos. En septiembre, ocurrirá la matanza más grande que la humanidad haya experimentado. Entre octubre y diciembre, habrá milagros."

Testamento de un Papa huyendo (1701)
 La guerra comenzará cuando el maíz aún esté magro, pero alcanzando su punto más alto, cuando los cerezos florezcan por segunda vez.

Profecía de Wismar (1761)
La gran lucha se iniciará cuando las mazorcas de maíz se inclinen de maduras. Llegará a su punto culminante cuando los cerezos florezcan por tercera vez, y terminará cuando la sombra del sol se deslice hacia abajo.

Wessel Dietrich Eilert / Old Jasper (1764-1833)
En el año, cuando comience la guerra, habrá una hermosa primavera de tal manera que en abril las vacas ya está en plena hierba.  Uno todavía será capaz de cosechar el grano, pero no la avena.

Otra versión del árbol de abedul
"En el año en que comience la guerra, será posible cosechar el maíz, pero no el trigo.”

Petite Marie des Terreaux (1773-1843)
El año que precederá al gran acontecimiento será muy malo; al contrario, el año que tenga lugar, ofrecerá una magnífica cosecha, mas no quedará bastante tiempo para que se consuma en abundancia. Cuando esté próximo el gran suceso aparecerán en el cielo fenómenos extraordinarios.

Anónimo (1872)
No habrá una primavera temprana y hermosa en el año en que se iniciará la guerra. Las vacas caminarán a través de opulenta hierba en los prados en abril. El trigo podrá ser cosechado, pero la avena ya no.

Anton Johansson (1858-1909), Suecia (1907)
“La Tercera Guerra Mundial estallará a finales de julio, principios de agosto. No sé el año.”

Nicolaas Pieter Johannes “Siener” van Rensburg (1862-1926)
El avasallamiento de la guerra comienza en Europa en torno a abril o mayo  tan pronto como se afianza el deshielo, es decir, cuando no haya más hielo y nieve.

Benjamín Solari Parravicini (1898-1974) (1938)
¡Principio del fin! Será muerto el hombre orquesta de Norteamérica.

Obispo Mormón John Hyrum Koyle (1864-1949)
El presidente de EE.UU. morirá en el cargo sólo un tiempo después de que la mina entre en funcionamiento. Será antes de que comience la guerra.
La súbita quiebra bursátil tendrá lugar en un fin de semana en el que el día festivo caiga en un lunes.

Alois Irlmaier (1854-1959)
De pronto ocurre, una nueva guerra en el Medio Oriente repentinamente se enciende. Grandes fuerzas Navales enfrentan hostilidad en el Mediterráneo. La situación es tensa, pero el estallido será en los Balcanes.
Un año lluvioso, con buena cosecha, que lamentablemente se perderá por la guerra.
La Tercera Gran Guerra se iniciará en una noche lluviosa, poco antes de la cosecha, cuando el maíz esté maduro. La guerra comenzará después del asesinato de un político eminente en Checoslovaquia o Yugoslavia. Vendrá cuando se asesinen a tres hombres de alto rango.
El año antes de la guerra será fructífero con mucha fruta y granos. Después del asesinato del tercero empezará de inmediato.

Una hermana de la Orden Reina Brígida, Roma (publicado en 1970)
La Tercera Guerra Mundial comenzará unos días después del asesinato de un líder en el sector de Yugoslavia-Hungría.

Erna Stieglitz (1894-1975) (1970)
Si las regiones de petróleo (Irak, Arabia Saudita, el Golfo Pérsico) están ya firmemente en manos de los rusos, se producirá probablemente en verano, en el mes de julio, la invasión rusa en partes del sur y flancos norte: contra Turquía, Grecia, Yugoslavia y Escandinavia. Después de la rápida ocupación de todas las bases militares en los países escandinavos, sigue un segundo ataque contra Turquía. A finales de julio cuñas de ataque soviético avanzarán rápidamente en contra de Europa occidental.

Duke Puntalangit (2010)
La guerra contra Arabia Saudita estallará plenamente entre marzo y abril.
 Un ataque nuclear en (Nueva York) tendrá lugar trece días después de la escalada de la guerra en Medio Oriente. Ocurrirá entre los meses de abril y mayo. Desde el día de los problemas de Israel, la gran ciudad tendrá trece días: tres días para pensar y decidir, nueve días para rezar la novena, y un día para huir, entonces finalmente sucumbirá, aplastada por el viento, quemada por el fuego, aniquilada por el aire. Y desde ese horrible día, serán trece semanas cuando suceda la tercera conflagración que deberá envolver al mundo entero.
Antes de la Tercera Guerra Mundial una gran guerra se producirá entre Corea del Norte y Corea del Sur. Esta guerra durará dos meses y medio.
La conflagración en el Medio Oriente será encendida cuando Rusia envíe finalmente sus tropas a la región. En cuestión de días, Israel quedará aislado y en dos semanas serán destruidas ciudades en Estados Unidos, en tres la economía mundial se derrumbará, en otras doce semanas todo el mundo estará en la guerra. Desde el momento en que Jerusalén quede rodeado, Estados Unidos tendrá sólo doce días, ya que a los trece días comenzará su destrucción. Después de esto, el mundo tendrá sólo 12 semanas, ya que a la decimotercera semana se producirá el holocausto nuclear, cuando los más poderosos del mundo luchen entre sí con todo lo que tienen.
El Papa intervendrá e irá a Rusia.
La economía de EE.UU. se hundirá en mayo y luego se comprimirá en junio. En octubre la violencia estallará dentro
La Tercera Guerra Mundial se producirá después de trece semanas a partir del momento en que la crisis de Medio Oriente se convierta en una guerra abierta.
La Tercera Guerra Mundial estallará en el plazo de dos meses cuando ocurran los siguientes eventos: el Papa irá Rusia; Israel será acusado de y/o involucrado en un asesinato de un importante personaje. Rusia sufrirá una zozobra interna.

b. Año

El año del inicio de la Tercera Guerra Mundial puede ser inferido a partir de la guerra de Siria, según las siguientes profecías.

Buda o Siddharta Gautama (563-483 a. C.)
Una vez que el budismo pase por el año de la serpiente grande (2012), la gente se arrastrará en lugar de caminar, en el año de la pequeña serpiente (2013), las orillas del río se derrumbarán y la tierra se sumergirá bajo el mar. En el año del pollo (2017) la tierra estará oscura durante 7 días y 7 noches y se dirigirá al desastre.

Judah Ben Samuel (Siglo XII)
El año 2017 significaría el comienzo del tiempo mesiánico final.

La madre Shipton (Úrsula Southeil) (1488-1561)
“Ay, ay, La guerra vendrá de donde mora el turco y el pagano que en feroz riña se enfrascarán buscando como aniquilar sus vidas. Cuando el norte divida al sur y en las fauces del león el águila anide, entonces el impuesto, la sangre y la guerra vendrá a cada humilde hogar”.

Gaón de Vilna (1720-1797)
"Cuando escuches que los rusos han capturado la ciudad de Crimea, deberás saber que los tiempos del Mesías ya han empezado, que sus medidas están siendo escuchadas. Y cuando oigas que los rusos han llegado a la ciudad de Constantinopla (Estambul), deberás ponerte tu ropa de Sabbat y no te las quite, porque significa que el Mesías ha de venir en cualquier momento".

Muehlhiasl de Apoig / Matthias Lang / Stormberger (1753-1820)
“Una gran guerra vendrá, y una pequeña (Siria) la comienza...”

Anton Johansson (1858-1909), Suecia (1907)
Persia y Turquía serán conquistados por lo que parecen ser tropas rusas.

Israel Meir Kagan, conocido como el Jafetz Jaim  (1910)
§ He recibido del Espíritu Santo que estamos al borde de una guerra horrible, que terminará en 1945 (תש"ה), pero después de eso, vendrá 10 sabáticos para preparar al Mesías, y "al final de los 10 años sabáticos que finalizará en el año 2015 (תשע"ה), vendrá una tercera guerra, mayor que el resto, por lo que la segunda guerra mundial parecerá como un juego de niños, y luego vendrá el Mesías.

Seher Adam / Hermano Adam (1949)
“La guerra estallará en el sureste, pero esto es sólo una artimaña. Así, la resistencia va a ser engañada; Rusia preparó durante mucho tiempo su plan de ataque.

La mujer de Valdres, Etnedal en Noruega (1968)
“Entonces, de repente, Jesús vendrá y la Tercera Guerra Mundial estallará. Vi que será una guerra corta. Todo lo que he visto antes de la guerra es un juego de niños comparado con esta guerra que comienza primero como un pequeño conflicto que no se detiene, pero crece y se extiende hasta desarrollarse en una gran guerra.”

La profecía del “REY DEL MUNDO” (1890)
“Dentro de cincuenta años (después de la Segunda Guerra Mundial, 1939-1945) no habrá más que tres grandes reinos nuevos (EE.UU., URSS, UE) que vivirán felices durante setenta y un años”.

Nicolaas Pieter Johannes “Siener” van Rensburg (1862-1926)
“La segunda venida del Señor será un año jubilar” (en el sentido de jubileo o año santo). En Israel el 2017 será un año jubilar para celebrar los cincuenta años desde la Guerra de los 6 días.

Nostradamus (1503-1566) (1555)
La cuarteta C.4: 67 profetiza que la guerra coincidirá con una conjunción de Saturno y Marte. En julio de 2016 se producirá una de estas conjunciones (ver:  http://www.astronoo.com/es/articulos/posiciones-de-los-planetas.html).

Melanie Calvat – La Salette (1831-1940)
"Pero esta paz no durará por mucho tiempo (el fin de la Guerra Fría fue en 1991)
; veinticinco años de abundancia serán casi olvidadas  y los pecados de los hombres serán la causa de todo el castigo que volverá a ser dado a la Tierra.


3. Conclusión


Desde siglos antes de Cristo hasta la actualidad y de casi todos los lugares del mundo los escritos de más de doscientos clarividentes recopilados en esta investigación tienen varios elementos en común. Concentran sus profecías para una fecha muy próxima. Guardan una absoluta concordancia y coincidencia. Se refieren a la situación apocalíptica que mezcla lo espiritual y lo material de dos grandes eventos, que son la Tercera Guerra Mundial y/o los Tres Días de Oscuridad que terminará esta guerra, y ambos sucesos preludiarán nada menos que la Segunda Venida del Señor y su reinado de mil años. Difieren en que sus videncias tienen la perspectiva de los lugares donde cada uno vivió y conoció, de modo que a un solo lienzo cada una de ellas proporciona pinceladas particulares. Así, esta investigación tiene el mérito de entregarnos un panorama muy colorido y hasta en partes muy detallado, como si se estuviera relatando la historia pero, no con sus verbos en tiempo pretérito, sino en tiempo futuro. No obstante, el panorama descrito no es de modo alguno completo, ya que faltan regiones completas del mundo, como casi toda África o muy poco de Asia Sudoriental, lo que no significa que allí nada ocurrirá.

Lo medular de las profecías anotadas es que muy pronto experimentaremos los acontecimientos más portentosos y tremendos que la humanidad haya podido sobrellevar jamás.  En muy poco tiempo más cambiará nuestro rutinario orden y nos veremos forzados a adaptarnos a situaciones desconocidas. Nuestra apacible y aparentemente segura existencia se verá de pronto arrojada a realidades pavorosas, del tipo al que un acomodado burgués judío alemán tuvo que afrontar cuando fue detenido y conducido a un campo de concentración nazi. Todos nuestros atesorados conocimientos, redes, valores, criterios, conceptos, perspectivas, prejuicios, proyectos, rutina, modo de vida, status social se verán de pronto sin sustento y sujetos a una feroz transformación de todo. Por tanto, el objeto de esta investigación no es aterrorizarte, sino ponerte sobre aviso y prevenirte anticipadamente para que te prepares y, aunque te cueste, adquirir la lucidez de reaccionar apropiadamente.

Como señaló Arthur Conan Doyle (1859-1930), "la destrucción general y dislocación absoluta de la vida civilizada estarán más allá de lo imaginable”. En efecto, será el término de la era capitalista, que comenzó a fines del siglo XVIII con la Revolución industrial, y que se caracteriza en el uso extensivo de la energía que proporcionan los combustibles fósiles y en la acumulación y concentración del capital. Esta era se acabará sin que la tecnología haya podido desarrollar un sustituto energético económico y masivo, pero nos transportó en estos dos siglos a la sobrepoblación mundial, la urbanización, la explotación del trabajo y la naturaleza, la industrialización y consumismo, el progresismo y la creencia que se puede recrear el paraíso terrenal. Asimismo, el citado Conan Doyle advirtió, "que la crisis llegará en un instante”. Así, lo que experimentaremos en primera instancia será el veloz derrumbamiento de los sistemas financiero, bancario, inmobiliario, bursátil, productivo, comercial, educacional, de salud, de la economía globalizada, de los seguros, como también del empleo, de la previsión y las pensiones, del ahorro y la deuda, de los transportes, de las comunicaciones, de la energía. Al mismo tiempo deberemos apoyar un gobierno central y fuerte que posibilite la paz y el orden para evitar la anarquía, la hambruna y que promueva la reconstrucción.

A nivel personal cada uno va a requerir  un gran esfuerzo de sobrevivencia y adaptación. Sin embargo el conocimiento privilegiado de lo que sobrevendrá ayudará a una personal adecuación mental en la que una cierta planificación será posible. Por ejemplo, no residir en la costa por los peligros de tsunamis; procurar alejarse de las grandes ciudades e irse a vivir al campo; monetizar los ahorros y endeudarse a largo plazo (las deudas serán incobrables y los bienes bajarán de valor); no adquirir bienes innecesarios como autos, casas, televisores, celulares, ni gastar en viajes de placer; tampoco casarse ni embarazarse; acumular alimentos no perecibles. La cuestión será cómo sobrevivir siendo útil y no una carga más. Una de las actividades más probables y demandadas será la producción agropecuaria y su transporte a los centros mayores de consumo. A falta de tractores, la necesidad de trabajo muscular será muy grande. La propiedad de extensos predios no será sostenible. La ayuda del trabajo animal y su crianza será importante. Contribuir a que sobrevivan animales de corral será muy importante.

Después de tres años de caos un nuevo orden comenzará a emerger y pertenecerá a una nueva era, lo que es un anuncio para estar jubilosos. Será paradigmática y utópicamente una era en que el trabajo dejará de seguir enriqueciendo a unos pocos mientras el trabajador se empobrece. La naturaleza dejará de ser explotada más allá de su capacidad de regeneración. La urbanización será inviable y se volverá a la ruralización. La industrialización posibilitará al taller. La tecnología, que es extensión del ser humano, se desarrollará, no según el interés del capital, sino de una vida más humana. La ciencia buscará comprender mejor sus propios principios filosóficos, como qué son realmente la materia, la energía, el tiempo, el espacio y se volverá a considerar lo espiritual. La educación dejará de ser un trampolín para acceder con mayor facilidad a aspiraciones materialistas, sino que será el medio para la formación integral de la persona, incluida una enseñanza profesional que busque el bienestar de la sociedad. El Estado dejará de depender del poder económico y podrá actuar en favor del bien común según la voluntad de la mayoría ciudadana. El individualismo capitalista dará paso a la cooperación. La libertad no estará sujeta a trabas ni será inducida por la publicidad solo para elegir lo ofrecido por el mercado, sino que surgirá de una deliberación comprometida. Las creencias no dividirán la sociedad en religiones. La familia volverá a ser importante para la persona. El progresismo, inculcado desde el nacimiento, será reemplazado por un nuevo sentido de la vida. La sociedad política no construirá un paraíso terrenal donde Dios esté ausente.



B. DE LA ERA CAPITALISTA A LA ERA APOCALÍPTICA



Sir Arthur Conan Doyle (1859-1930), el autor de Sherlock Holmes, fue un conocido médium y participó en una sociedad de espiritistas británicos y norteamericanos. Ordenó una profecía de consenso con el material que había recibido de los otros mediums de dicha sociedad. Poco antes de su muerte, escribió una carta, publicada el 20 de julio 1930, al London Sunday Express que resumía entre otras conclusiones, "que la destrucción general y dislocación absoluta de la vida civilizada estarán más allá de lo imaginable”. La causa sería una destructora guerra y un evento cósmico tremendo.

Esta guerra será el final de nuestra era que comenzó poco después de que la descreída pero bien intencionada Ilustración del siglo XVIII había propuesto en contra del poder político establecido por un supuesto derecho divino de los gobernantes: la democracia. Ésta se define como el gobierno de la mayoría y se comenzó a plasmar a través de dos instancias revolucionarias: la Independencia estadounidense (1776) y la Revolución francesa (1789). Reconoce que los individuos poseen objetivos que le son propios y que trascienden la sociedad y que el Estado tiene por función resguardar los derechos de las personas para que puedan alcanzar dichos objetivos. Es indudable que la democracia se sustenta en los anhelos evangélicos de libertad, igualdad y fraternidad. Sin embargo, su humanista desarrollo posterior ha sido completamente sofocado por la economía capitalista, fundada, por el contrario, en tres perversiones: egoísmo, codicia y abuso. El efecto del capital sobre la política es recíproco: el capital coopta a los políticos, mientras la política, así secuestrada, asegura dicha economía. Por ejemplo, el conglomerado corporativo-financiero-político-monopólico-internacional norteamericano, controlado por muy pocos multibillonarios (85 individuos acumulan tanta riqueza como los 3.570 millones de personas que forman la mitad más pobre de la población mundial. Fuente: OxfamIntermon), coopta al gobierno norteamericano para impulsar sus intereses en el mundo entero.

Entonces el problema de fondo es el capitalismo. Su historia comenzó con un invento inocuo que terminó en un sistema inicuo. James Watt (1736-1819) no pudo saber entonces que al mejorar la máquina de vapor de Newcomen desencadenaba enormes fuerzas físicas y morales, políticas, sociales y económicas, en la llamada Revolución industrial, nacida en las últimas décadas del siglo XVIII. La máquina de vapor y, más tarde, el motor de explosión y la turbina reemplazan el esfuerzo muscular de tanto hombres como animales y funcionan con fácilmente accesibles combustibles provenientes de antiguos organismos biológicos fosilizados en carbón, petróleo y gas natural. Había que aprovechar la riqueza energética para crear riqueza material. Su combustión transforma las riquezas naturales en bienes de consumo casi ilimitadamente, pero causa el calentamiento global, enormes depósitos de basura, contaminación masiva de la naturaleza y extinción de flora y fauna. Watt había abierto la naturaleza a la codicia, y el capital requerido para explotarla produjo la burguesía, que, por su parte, ideó la forma para acumular el capital aprovechándose de la naturaleza. Pronto la burguesía puso una barrera jurídica a este impulso: la propiedad del capital, lo que dividió la sociedad entre burgueses (o Estado totalitario comunista) y proletarios, es decir, ricos que ponen su capital y pobres que ponen su propio esfuerzo.

Podemos conjeturar que el contrahecho orden mundial destinado a explotar el trabajo y la naturaleza por el capitalismo, tanto de libre mercado o liberal como comunista, no puede subsistir. Al nacer se le inoculó un germen autodestructivo y se basa en la necesidad de crecimiento ilimitado. Para crecer el capitalismo necesita explotar al trabajo y la naturaleza; al contrario del trabajo, la naturaleza es irremediablemente finita. El capital es invertido en la naturaleza y es premiado con intereses y beneficios mientras se va acumulando y también concentrándose en cifras inimaginables. Mientras la remuneración del trabajador va paulatinamente disminuyendo (hasta un límite, pues el trabajador es también consumidor), la naturaleza se va agotando y sobre todo el petróleo, cuyo control permite mantener este orden de crecimiento y poder. El orden capitalista mundial está condenado a destruirse por su propio absurdo, lo cual no significa que necesariamente termine en una colosal guerra.

Probablemente, el desencadenante de la guerra sea una crisis del valor del dólar. Esta moneda es utilizada en el intercambio internacional y como reserva en los distintos países. Pero el FED, un organismo privado, la imprime con el solo respaldo de bonos del tesoro que recibe a cambio y se la entrega al gobierno de EE.UU.: papel sobre papel respaldado por solo confianza (el respaldo oro terminó con Nixon en 1972). Mientras este país, basado en la creciente demanda mundial que sufre el dólar a causa del incremento del comercio internacional y la necesidad de mantener reservas, se ha ido endeudando en cifras astronómicas para sostener el consumismo del sueño norteamericano y su poder militar. Para los monetaristas el dólar es solo una mercancía; para mantener su valor debe ser demandado; para mantener la demanda, la tasa de interés del crédito debe estar baja; al fin y al cabo, los multibillonarios dueños del FED y que manejan la tasa de interés de los bonos del Tesoro, además de banqueros son los dueños de las corporaciones multinacionales; se gana más por la utilidades  de las corporaciones que por el interés de los bonos; el problema es que se ha llegado al tope de la disminución del interés. El valor del dólar es sustentado además porque EE.UU. negoció con las reaccionarias monarquías árabes que a cambio de protección militar vendan su petróleo precisamente en dólares, en 1973. La guerra de Siria debería comprenderse como otro intento norteamericano más de someter a los países díscolos que piensan en otras monedas. Por otra parte existe actualmente una notoria evidencia de una disminución de la actividad económica mundial y su correspondiente comercio, lo que significa una menor demanda sobre el dólar. Mientras tanto la conservación de la confianza global impide el desplome financiero de EE.UU. Este país está forzado a actuar a cualquier costo para mantener vigente el valor del dólar, incluyendo la acción desesperada de iniciar la Tercera guerra mundial.

Ciertamente, el valor del dólar está ligado a la actividad económica norteamericana. Buscando mejorar la competitividad de sus empresas, EE.UU. está negociando tratados de libre comercio con el mundo capitalista de libre mercado. Recién el 5 de octubre de 2015, doce países  de la Cuenca del Pacífico firmaron el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica o, en inglés, Trans-Pacific Partnership, conocido como TPP. Este acuerdo es considerado por EE.UU. como un tratado complementario al TTIP, o Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión, que es un pacto similar que este país está negociando con la Unión Europea. Un área de libre comercio entre las dos regiones, donde éste sería el pivote, representaría potencialmente el mayor acuerdo de libre comercio de la historia. El problema es que tanto Rusia como China quedarían neutralizadas, aisladas y excluidas de la economía globalizada, constituyéndose naturalmente en casus belli.

Otra causa para la guerra es el intento hegemónico del neoconsevadurismo estadounidense que se sienten custodios designados por la historia del sistema internacional. Cuando la Unión Soviética cayó, surgió un mundo unipolar dominado por una única superpotencia sin oposición de ningún rival y con un alcance decisivo en todos los rincones del globo. Este poder unipolar asombroso que la historia le ha otorgado a Washington tiene que ser protegido a toda costa. La Doctrina Wolfowitz afirma que el "primer objetivo" de la política exterior y militar estadounidense es "evitar el resurgimiento de un nuevo rival, ya sea en el territorio de la antigua Unión Soviética o en otro lugar, que represente una amenaza para el poder de acción unilateral de EE.UU., como el que planteaba anteriormente la Unión Soviética". Esta es una consideración dominante que subyace en la nueva estrategia de defensa regional y que requiere que EE.UU. se esfuerce para evitar que cualquier potencia hostil domine una región cuyos recursos, bajo un control consolidado, sean suficientes para generar un poder global. Rusia no puede permitir que un califato yihadista se establezca en una zona que comprende Siria e Irak, porque sería una base para la exportación de la desestabilización a las zonas musulmanas de la Federación Rusa. Sin embargo, los neoconservadores fanáticos, que han controlado las administraciones Clinton, Bush, y Obama, están tan absortos en su propia arrogancia que empujaron a su títere de Turquía a derribar un avión ruso y derrocaron al gobierno elegido democráticamente en Ucrania que estaba en buenos relaciones con Rusia, sustituyéndolo por un gobierno títere de Estados Unidos. Con estos antecedentes, podemos entender que la situación de peligro que enfrenta el mundo es el producto de la política arrogante de los neoconservadores norteamericanos y sus ansias de hegemonía mundial. Los neoconservadores de Estados Unidos re-escribieron la doctrina de guerra y elevaron el rol de las armas nucleares, pasando de ejercer de fuerza de represalia ante un posible ataque, a ejercer de primera fuerza de ataque preventivo. Puesto que la OTAN (esencialmente los EE.UU.) no tiene ninguna posibilidad de derrotar a Rusia en una guerra convencional, y mucho menos derrotar a una alianza de Rusia y China, la guerra será nuclear.

Los espurios cimientos del orden mundial capitalista están en el positivismo inglés, raquítico brote filosófico separado del gran tronco metafísico occidental, a través de una seguidilla de pensadores que restringen el saber humano a sólo lo que se conoce por los sentidos. Tomas Hobbes (1588-1679) instaló el individualismo; John Locke (1723-1790) originó las ideas de que la finalidad de los seres humanos es la felicidad terrena y que la propiedad privada es un derecho natural inalienable  ̶ por su parte, para justificar la propiedad privada el francés J. J. Rousseau ironizó cuando escribió que alguien con un mazo en la mano reclamó “esto es mío”, refiriéndose a algún terreno o alguna vaca, y los demás consintieron; en realidad la propiedad como derecho inalienable es más bien un privilegio socialmente inadmisible ̶ ; Adam Smith (1723-1790) sostuvo que los individuos en el mercado, actuando según su propio y egoísta interés  ̶ una mano no tan invisible ̶  consiguen el bienestar de todos. Este listado culmina con Milton Friedman (1912-2006), que llevó a ultranza la economía clásica de libre mercado de Adam Smith, y nunca sospechó ni comprendió que este mercado premia al capital, que tiene gran demanda, y castiga al trabajo, que tiene gran oferta; por su cuenta, Karl Marx (1818-1883) frente al terrible empobrecimiento de los trabajadores en el régimen de libre mercado inglés, propuso la lucha de clases para socializar los medios de producción, con lo que se suprimiría a la burguesía y se llegaba al comunismo; V. I. Lenin (1870-1924) entendió estúpidamente que la lucha de clases es el asesinato de los burgueses, constituyéndose en el ejemplo a seguir por otros dictadores comunistas posteriores.

Con el anzuelo de su independencia y la igualdad de género, las mujeres fueron atraídas por el capitalismo a incorporarse a las legiones de trabajadores para abaratarlo. El capitalismo condena a la gente a la pobreza y crea unos ricos de fortunas inmorales. La mitad de la riqueza de todo el mundo está en manos de apenas 1% de sus habitantes (Fuente: OxfamIntermon, 2014). Es de la mayor ingenuidad del político creer que una mayor remuneración del trabajo se obtiene por un mayor empleo, y éste por un mayor progreso económico, que se logra por una mayor inversión de capital, llegando a la política de dejar al capitalista tranquilo y libre de trabas impositivas y normativas para atraer su inversión. La burguesía ha venerado a los pensadores liberales como dioses.

El liberalismo, cara de la moneda que tiene al reverso el capitalismo, es la ideología del egoísmo, la codicia, el privilegio y de un individualismo que desvaloriza lo social y lo democrático. Para un no creyente en el evangelio la inmortalidad se obtiene a través del poder y la fama. En el campo del capital privado del capitalismo, se logra siendo rico; en el campo del comunismo, se consigue ejerciendo el totalitario poder político. Sin embargo, el liberalismo no responde a los hechos antropológicos, ya que la naturaleza humana no se explica únicamente por el egoísmo, sino que también por la solidaridad.  Un ser humano, como todo ser viviente, está efectivamente tras su propia supervivencia y reproducción, pero, como homo sapiens, es una criatura que ha evolucionado genéticamente a lo largo de centenas de miles de años por el esfuerzo colectivo y comunitario, siendo su psicología social principalmente cooperadora y solidaria, pues es una criatura que es tanto indigente como providente. Además de homo sapiens, el ser humano es un animal transcendente que proyecta intencionalmente su vida, más que a la pura satisfacción de sus necesidades materiales, hacia la posibilidad de lo transcendente, lo que lo hace un ser eminentemente moral, llamado a actuar con bondad y justicia. (Ver http://unihum.blogspot.com). 

El poder de la burguesía es enorme y llega a elaborar ideologías que ensalzan el sistema económico capitalista que difunden a través de casi todos los medios de comunicación social, los que domina. Impone los mitos que todos llegamos a aceptar como verdaderos: el crecimiento económico como finalidad de la acción política, la autorrealización como propósito de la acción personal, el gozo como objetivo de la existencia individual, el dinero como condición de la felicidad, la participación en el mercado como la expresión de la libertad y la iniciativa privada como su expresión máxima, mientras el gran capital se va apoderando del mundo. La ética capitalista deshumaniza la sociedad al interponer el dinero como principal vínculo en las relaciones humanas. Origina individuos egoístas al enfatizar el lucro individual como motor y fin de la actividad humana. Impone el valor de la competencia individualista a nuestra natural psicología de cooperación social. Trastoca el carácter de creatividad y contribución del trabajo por mera mercancía impersonal. Genera un consumismo y un exitismo desenfrenado. Propone modelos para el deber ser que son estereotipos irreales e irrealizables, provocando angustias generalizadas. Promete el Cielo en la Tierra si se supera la creencia en la transcendencia. Lo que realmente ha ocurrido es que, mediante una ideología persistente y poderosa que embelesa, el capital necesita consumidores para sus productos (automóviles, vestuario, artefactos, electrónica, turismo, etc.) para que su inversión rinda los frutos proyectados. Ahora, con remuneraciones tan miserables los consumidores manejan angustiantemente sus deudas.

Pues bien, este podrido orden mundial está en vísperas de desaparecer en una terrible guerra que coincidiría con un portento cósmico. Sin embargo, para este mismo futuro los videntes profetizan también la Segunda Venida de Jesús y con él un nuevo orden mundial de paz y amor que durará mil años. Es difícil concebir una Segunda Venida, que es mencionada en el Nuevo Testamento 318 veces. De manera estereotipada, muchos pintores imaginan a Jesús parado sobre una iluminada nube y rodeado de ángeles tocando trompetas de triunfo, siguiendo a Mateo 24: 30-31. Pero esta escena tan vívida sería espiritual. En los dos próximos capítulos veremos estos acontecimientos



C. EN EL ESPÍRITU DE EL CAPITAL DE MARX



Se trata de una traducción desde la dialéctica materialista marxista a la termodinámica y la relación causal. Ellose explica porque se ha preferido el lenguaje de la ciencia que el de la dialéctica por representar más fielmente la realidad.


1. Definiciones

El capital es energía acumulada y la energía es la capacidad para realizar trabajo útil. Está representado por dinero, que está depositado usualmente en el banco. En una economía sana el dinero está representado por oro y/o plata que mantiene el banco central del Estado, que emite la moneda. Cuando esta entidad es privada, su política es favorecer a sus dueños.

Un producto se genera cuando se usa la energía acumulada en la compra de medios de producción, trabajo, naturaleza, gestión y tecnología, que son los factores de producción.

Un producto es una estructura de orden físico o intelectual confeccionado por trabajo, gestión, tecnología y medios de producción a partir de material primas. Un producto es funcional cuando satisface una necesidad de otros, por lo que lo hace apetecible y social.

Desde que es concebido como producto hasta que se torna en mercancía el proceso productivo es la transformación que sufre un objeto a partir de la materia prima hasta que es apto para ser consumido.

El valor de un producto es la energía gastada en el proceso de producción.

El trabajo, que puede ser muscular o mecánico e intelectual, es gasto de energía en el proceso productivo.

El trabajo es realizado por el individuo desposeído que se ofrece al capitalista-empleador como empleado y que, a cambio de salario, no tiene otra cosa que ofrecer que su esfuerzo, que es medido según capacidad y tiempo.

El valor del salario lo determina el mercado.

La tecnología, que persigue acortar los tiempos de producción y aumentar la eficiencia en las etapas del proceso, es la aplicación de la ciencia a algún aspecto del proceso productivo o a la concepción de un producto. Es usualmente una extensión del cuerpo humano, ya sea en su funcionamiento mecánico, sensible o lógico, y busca reemplazar el trabajo humano cuando es más eficiente y económico.

El producto se transforma en mercadería cuando llega al mercado y se le agrega transporte, bodegaje, mercadeo y publicidad. Algunas veces quien produce y comercializa es el mismo individuo o empresa; otras veces son individuos o empresas distintos, cada uno de los cuales con sus propios afanes de lucro.

El mercado es el lugar físico o virtual donde concurre la mercadería con su valor de cambio o precio y el comprador que busca satisfacer una necesidad. La transacción comercial se realiza cuando el valor de uso para el comprador corresponde al valor de cambio de la mercadería.

El valor de cambio de una mercadería es la energía que el comprador está dispuesto a gastar e incluye la energía en producirla y comerciarla más un suplemento de energía que es la ganancia. El objetivo del productor es doble: recuperar la energía gastada en el producto-mercadería y que su ganancia sea la máxima posible. Lo segundo lo consigue a través de la disminución de los costos de producción, donde el costo del trabajo es el más recurrido, el mercadeo, la publicidad, la exclusividad, la mayor demanda del producto, etc.

Un punto central es que en el capitalismo el capital es, más que propiedad personal, propiedad privada de individuos, que son los capitalistas. Su propiedad es un derecho. Este derecho no es ni natural ni inalienable como ellos intentan convencer, sino que es positivo y es otorgado por el Estado. Una parte de sus costos de producción es el impuesto a un Estado represor para la protección del capital y de este derecho.

El Estado es la entidad que gobierna la sociedad civil e históricamente surge cuando se derrumba el poder divino del rey y su poder se laiciza ya en tiempos de Machiavello. Tiene al monopolio del poder de las armas y no admite competencia a su autoridad. Se rige por las leyes que formulan la mayoría de los representantes de los ciudadanos; los capitalistas, ahora como plutocracia, se valen de su enorme poder económico para controlar al Estado para que actúe según sus intereses, en especial en la defensa de la propiedad privada.

Un capitalista puede usar su capital en emprendimientos productivos que generen ganancias y se le llama emprendedor, en adquirir bienes inmuebles para percibir su renta y se le llama rentista, en prestarlo a cambio de un interés y se le llama prestamista, que es propiamente la función de la banca.

Las clases sociales se dividen según su rol en la economía capitalista, que son básicamente los capitalistas o burgueses más su entorno y los trabajadores o proletarios.

Tradicionalmente los partidos políticos se ubican en el espectro que va de la derecha a la izquierda. La derecha se la reparte los conservadores y los liberales. Los primeros son los rentistas y los prestamistas y persiguen un Estado fuerte que proteja sus intereses. Los segundos son los emprendedores y buscan un Estado débil que les permita el laissez-faire. El centro lo ocupan los pequeños capitalistas que trabajan con su capital o lo han invertido para adquirir una profesión. En la izquierda se ubican los trabajadores que por no tener capital deben emplearse para obtener un salario.


2. El autodestructivo determinismo en la dinámica del capitalismo

            El capitalismo porta la semilla de su propia destrucción.

a) Crecimiento y naturaleza

            El capital en el capitalismo naturalmente crece, ya que, por una parte, el capitalista no invertirá si no existe una ganancia garantizada y, por la otra, no meterá su capital en el colchón. Parte del capital se invierte en explotar la naturaleza para extraer sus riquezas, es decir, no hay emprendimiento capitalista que en parte no explote los recursos naturales. Mientras el capital crece exponencialmente aunque sea a una tasa mínima, la naturaleza es finita. Un crecimiento sustentable es antagónico con el capitalismo, ya que no le es suficientemente competitivo. Como se sabe, muchos recursos naturales ya han sido agotados irreversiblemente y otros ya están en la lista de recursos en vías de extinción. Así será con los recursos más escasos y demandados. El colapso del capitalismo ocurrirá necesariamente cuando se agote un recurso de vital importancia. Muchos apuntan a la energía, específicamente al petróleo, asegurando que ya se pasó su peak de producción industrial. Paralelamente, la naturaleza se ha visto crecientemente afectada por la basura y la contaminación. El calentamiento global es una espada de Damocles pendiente en cercenar toda la civilización mundial.

b) Acumulación y concentración de capital

            Según el párrafo anterior, la acumulación de capital ha sido exponencial. El fenómeno, que es paralelo a la acumulación, es la concentración del capital a causa de la competencia que existe en el mercado o la forma de evadirla. Según el informe de Oxfam publicado en enero de 2018 el 82 % de la riqueza generada el año 2017 fue acaparada por el 1 % más rico de la población mundial, mientras que los 3.700 millones de personas que componen la mitad más pobre del mundo no vieron aumentar su riqueza. La riqueza de los más ricos ha aumentado en un promedio anual de 13 % desde 2010, que es seis veces más rápido que los salarios de los trabajadores ordinarios, que han aumentado en un promedio anual de sólo 2 %. El número de multimillonarios aumentó a un ritmo sin precedentes de uno cada dos días entre marzo de 2016 y marzo de 2017. Adicionalmente, datos de Credit Suisse revelan que 42 personas poseen en 2017 la misma riqueza que la mitad más pobre de la humanidad. Estas tendencias se explican por el crecimiento natural del capitalismo.

c) Brecha social e injusticia

            Evidentemente, la brecha entre los más ricos y los más pobres del planeta dentro del sistema capitalista aumenta paralela al crecimiento económico. La causa estructural es que en mismo mercado la demanda por capital es siempre creciente, mientras que también lo es la oferta de trabajo, generando este injusto desequilibrio. Otra causa es que tras la mayor competitividad y una mayor ganancia el capitalista o la empresa invierte en tecnología para disminuir trabajo o racionalizar el trabajo y así reducir costos de producción. Además, instigada por el movimiento feminista, entre otras causas, la incorporación de la mujer a la masa laboral ha tenido como consecuencia inmediata la drástica disminución de los salarios promedios. De esta manera, en vez de ser de beneficio para toda la sociedad, el capitalismo es un sistema que sirve para favorecer exclusivamente a los capitalistas. Así, el capitalismo ha provocado una injusticia social similar a la del Imperio romano, cuando más de la mitad de los habitantes eran esclavos. En ambos casos las elites han sido tan autocomplacientes como autorreferentes.

d) Alienación del trabajador

La alienación es inherente al capitalismo. Marx consideraba que el trabajador, desde el punto de vista capitalista, no es una persona en sí misma, sino una mercancía, llamada fuerza de trabajo, que puede representarse equivalentemente como dinero. El trabajador es una determinada cantidad de dinero utilizable, como mano de obra, para la multiplicación del mismo. El capitalista compra con dinero el trabajo de los demás y los trabajadores cambian la fuerza de trabajo, que es su mercancía, por la mercancía del capitalista, que es el salario. La fuerza de trabajo para el trabajador es su actividad vital que le asegura los medios necesarios para subsistir. El trabajador es libre de cambiar de capitalista, pero no puede desprenderse de la clase de los capitalistas, a quienes se ha alquilado. El trabajador no recoge el verdadero valor de lo que produce y esta explotación lo priva además de sus herramientas artesanales. La alienación surge cuando el producto del trabajo del trabajador, en lugar de satisfacer sus necesidades, se vuelve algo ajeno y cobra una existencia totalmente independiente del mismo que fue quien lo produjo. Además, el trabajador ignora usualmente lo que está produciendo. Una vez que ese producto cobra su independencia, se genera el trabajo alienado, a través del cual el hombre se vuelve esclavo cada vez más y más de las cosas que produce. Mientras más produce y mayor es su actividad, el trabajador tendrá menos, su vida ya no le pertenecerá a él, sino al objeto, el que cobra vida propia y se opone al trabajador de forma autónoma. Su agobiada vida transcurre entre angustia y depresión que lo incapacita y recurre a la droga y el alcohol en forma creciente.     

e) Robotización

            Sólo imaginan la robotización de la producción quienes no tienen el más leve conocimiento de que la economía es regida por el capitalismo. La robotización forma parte de la tendencia de recurrir a la tecnología para reemplazar el trabajo humano. En contra de esta tendencia surgió ya entre los años 1811 y 1816 el “ludismo”, que fue un movimiento que protestaba contra las nuevas máquinas que destruían el empleo. La realidad es que el crecimiento económico depende en gran medida de la masa asalariada que lo gasta casi en su totalidad en productos industriales. Una reducción, por no decir abolición, de los salarios haría decrecer la economía. El desempleo tiene un efecto negativo sobre la economía, no sólo porque se resta trabajo a su actividad, sino que la energía representada por el salario deja de fluir hacia los productores. Persiguiendo la competitividad, el capitalista no ceja en introducir más tecnología que reemplace trabajo humano.

f) Burbujas financieras

            Las burbujas financieras ocurren cuando la emisión monetaria supera la masa monetaria necesaria requerida por la actividad comercial y la capacidad de ahorro. El excedente monetario es inflacionario y se dirige a ciertos activos financieros o económicos que sufren una inflación llamada burbuja. En la actualidad, en EE.UU., el FED, que es su banco central y que es privado, ha seguido una política, llamada “flexibilización monetaria”. Se supuso que inyectando mayor financiamiento a la economía, se podía reactivarla. El efecto fue crear tanto gigantescas burbujas como opulentos millonarios y acortar distancias para un grandioso colapso económico.

g) Deuda impagable

            El sistema crediticio, que ha permitido acceder a bienes de consumo a la mayoría de la población, tiene como efecto haber consumido los productos antes de haber repuesto la energía gastada en producirlos. El sistema crediticio se beneficia, ya que gana por los intereses de sus préstamos, pero tiene un efecto destructivo si la codicia de la banca sobrepasa la capacidad de pago de intereses de los deudores, como ha sido patente en la pasada crisis económica de los “subprimes” y que se está apuntando como la causa de la gran crisis financiera y económica que se avecina.




D. LAS PECULIARIDADES DE LA ECONOMÍA DE LOS ESTADOS UNIDOS



Existen características particulares en la economía de los Estados Unidos que probaron ser fortalezas para construir un gran imperio. Sin embargo, por abusar despiadadamente del poder imperial éstas se ha tornado en debilidades que han producido su decadencia y, ahora último, su desintegración y que arrastrará al mundo al colapso del capitalismo. La mala semilla ha fructificado y ha condenado irremediablemente al imperio.


1. Introducción


El contexto político estadounidense puede describirse como una poderosísima plutocracia que, como un ávido parásito, se ha desarrollado subrepticiamente al amparo de una democracia en forma como su respetable y creíble fachada según sus intereses de mayor poder y riqueza. Se la designa como el “gobierno en la sombra”, en el sentido que no se sabe quiénes ni cómo la dirigen. Éste se vale del llamado “estado profundo” para implementar su política económica a nivel mundial. El estado profundo es una burocracia autónoma del poder soberano del pueblo y su dirección no es responsable ante las autoridades electas. Sus agencias más conspicuas son la CIA y la NSA, en el ámbito internacional, y el FBI, en el ámbito nacional. La CIA dirige además otra decena de agencias menores. El Pentágono también participa con un costoso poder militar y su brazo armado se extiende a 700 bases militares repartidas en el mundo entero y 10 flotas aeronavales, llevando a cabo una decena de conflictos armados simultáneamente y mostrando ostentosamente sus músculos. Además mantiene un exagerado arsenal nuclear capaz de destruir la biósfera varias veces. Las agencias de inteligencia están dedicadas a la inteligencia global y a desarrollar operaciones encubiertas al margen de la ley y destinadas a controlar los otros gobiernos del mundo, ya sea a través de las elecciones o el cambio de régimen. El propósito es que las corporaciones, incluida la banca, que el gobierno profundo posee, puedan explotar los recursos extranjeros con el mayor beneficio posible, proteger sus inversiones y facilitar la venta de sus productos. Como un sirviente, el aparataje del Estado republicano es funcional al estado profundo a través del chantaje, la corrupción, el soborno e incluso la ideología. El CFR (Council on Foreign Relations) agrupa ideológicamente a los altos servidores de estas agencias. Ellos son intercambiables con los ejecutivos de las corporaciones y los altos servidores públicos. Todos adhieren a las ideas de hegemonía global, unipolarismo y al mito del destino manifiesto de EE.UU. El acicate son puestos muy bien remunerados si desempeñan las tareas ordenadas, las que normalmente son antipatrióticas y reñidas con el bien común y el estado de derecho. Los principales medios de comunicación, que son los del “main stream media” (MSM), son de propiedad de unas seis corporaciones, que comulgan con el establishment y propalan las noticias que les manipula la CIA, manteniendo adormecido e ignorante de la realidad al público en general y a nosotros en particular.


2. El Dólar


La Conferencia de Bretton Woods, llevada a cabo en Julio de 1944 y que reunió a delegados de 44 naciones aliadas, estableció un sistema monetario internacional basado en el dólar, la moneda estadounidense, que era respaldado por oro a razón de US$35 por onza de oro.

A principios de la década de 1970, a causa de la estanflación, el acuerdo de Bretton Woods se había derrumbado. El 15 de agosto de 1971, en el llamado Nixon shock, EE.UU. terminó unilateralmente la convertibilidad del dólar al oro, dejando que el dólar flotara libremente entre las otras monedas fiat. El presidente Nixon y su Secretario de Estado, Henry Kissinger, sabían que la destrucción del patrón oro para el dólar causaría una disminución en su demanda global artificial. Mantener esta demanda era vital para que EE.UU. continuara expandiendo su gasto en bienestar y guerra. Requería que esta demanda se sustituyera por algún otro mecanismo. De 1971 y 1973, en una serie de reuniones Kissinger y la familia real saudita llegaron a un acuerdo. Según éste, EE.UU. ofrecía protección militar a los campos petroleros de Arabia Saudita, accedía a proporcionar a los saudíes armas y a garantizar la protección de Israel.

Para 1975, todas las naciones productoras de petróleo de la OPEP habían acordado fijar el precio de su petróleo en dólares y mantener sus excedentes de petróleo en títulos de deuda del gobierno de EE.UU. Desde entonces el petróleo de la OPEP se cotiza en dólares estadounidenses, denominados petrodólares. Un petrodólar es un dólar estadounidense que recibe un productor de petróleo a cambio de vender petróleo y que luego se deposita en bancos occidentales. La demanda mundial artificial de dólares estadounidenses no sólo se mantendría intacta, sino que se dispararía debido a la creciente demanda de petróleo en todo el mundo.

Desde la perspectiva del imperio, este nuevo sistema de dólares por petróleo era mucho más preferible que el anterior sistema de dólares por oro, ya que sus requisitos económicos eran mucho menos estrictos. Sin las restricciones impuestas por un estándar de oro rígido, la base monetaria de los EE.UU. podría crecer a tasas exponenciales. El dólar se convertía en la moneda de reserva nacional y de intercambio internacional. Para obtener dólares muchos países optaron por desarrollar una estrategia orientada a la exportación con los Estados Unidos con el fin de intercambiar sus bienes y servicios por dólares estadounidenses que necesitan para comprar petróleo en los mercados mundiales. En esencia, EE.UU. recibe un doble préstamo de cada transacción petrolera global. En primer lugar, se exige a los consumidores de petróleo que compren petróleo en dólares. Los beneficios excesivos de las naciones productoras de petróleo se colocan en títulos de deuda pública de EE.EE. mantenidos en bancos occidentales. El sistema petrodólar proporciona al menos tres beneficios inmediatos a los Estados Unidos. Aumenta la demanda mundial de dólares. Aumenta la demanda mundial de títulos de deuda estadounidenses. Le da a los Estados Unidos la capacidad de comprar petróleo con una moneda que puede imprimir a voluntad.

Después de que los Estados Unidos y sus ciudadanos hubieran gozado de este gigantesco privilegio monetario, que les permitía una vida excesiva a expensas de otras naciones, no hubo vuelta atrás. A pesar de la presión ejercida por países extranjeros para proteger el valor del dólar frenando el gasto excesivo del gobierno, Washington mostró pocas restricciones fiscales y continuó viviendo por encima de sus posibilidades. Era obvio para todos que EE.UU. carecía de la disciplina fiscal básica necesaria para evitar la destrucción de su propia moneda. No obstante, EE.UU. persiste en defender que el petróleo se transe en su moneda y ha emprendido destructivas y costosas guerras contra países productores de petróleo (Irak, Libia, Siria, etc.) que han osado pensar en otra política.

Sin embargo, la amenaza proviene ahora del petroyuan chino, siendo China el mayor importador de petróleo del mundo. Además, China puede deshacerse de sus reservas en bonos del tesoro estadounidense si prosigue la estúpida guerra comercial iniciada por Trump. En la actualidad lo único que mantiene el valor del dólar es la confianza que aún se le tiene.


3. El Fed


El Sistema de la Reserva Federal, el Fed, es el banco central de los Estados Unidos. Fue establecido por el presidente Woodrow Wilson, quien firmó la Ley de la Reserva Federal en ley el 23 de diciembre de 1913. Tiene tres funciones principales: debe proporcionar y mantener un sistema de pagos eficaz, supervisar y regular las operaciones bancarias y llevar a cabo la política monetaria.

Lo notable es que el Fed es un banco privado y no estatal, por lo que obedece a los intereses de sus propietarios, que conforman una plutocracia, y no a los de la nación. Diez bancos controlan las doce sucursales del Fed:  N.M. Rothschild de Londres, Rothschild Bank de Berlín, Warburg Bank de Hamburgo, Warburg Bank de Amsterdam, Lehman Brothers de Nueva York, Lazard Brothers de París, Kuhn Loeb Bank de Nueva York, Israel Moses Seif Bank de Italia, Goldman Sachs de Nueva York y JP Morgan Chase Bank de Nueva York.  Asimismo, William Rockefeller, Paul Warburg, Jacob Schiff (ligado a Kuhn Loeb) y James Stillman (miembro de Citigroup) poseen grandes acciones de la Reserva Federal. Además de varios trillones en derivativos, estos diez bancos poseen los activos de las más importantes corporaciones transnacionales y las controlan. También por corrupción y chantaje ellos manejan el CFR, el estado profundo, el Pentágono, el gobierno, el congreso y el poder judicial.

La ley de 1913 le dio al Fed el poder sobre el suministro de dinero y la determinación de las tasas de interés. Por extensión el Fed tiene poder sobre la economía. El Fed tiene el control de la oferta de dinero a través de su poder para crear crédito con tasas de interés y requisitos de reserva, añadiéndolos electrónicamente a las cuentas de los agentes de bonos de los bancos del sistema. Los bancos que reciben los créditos los utilizan como reservas y su monto lo prestan varias veces debido a la magia del encaje fraccionario. Cuando el gobierno necesita dinero, el Tesoro de los Estados Unidos emite bonos y los entrega a agentes de bonos independientes, que los subastan al Fed. Entonces el Fed crea un crédito en la cuenta del Tesoro de los Estados Unidos, es decir, el Fed simplemente crea un crédito, generando dinero de la nada. Los bonos del gobierno incluyen el interés que fija el mismo Fed y que el gobierno le debe pagar anualmente con los impuestos que recauda mientras no los cancele, mientras los bancos dueños del Fed se enriquecen colosal y fácilmente con esta simple recaudación de intereses. 

En lugar de que la crisis financiera de 2008 siguiera su curso recesivo y de quiebras, el Fed, bajo Ben Bernanke, prefirió implementar una política monetaria no convencional, llamada “relajación cuantitativa” o QE (quantitative easing), por sus siglas en inglés, que es una compra de activos a gran escala con el fin de estimular la economía, aumentar la liquidez y reforzar las condiciones del mercado financiero. Consiste en que el Fed redujo en muy poco tiempo las tasas de interés  del 5,25 por ciento al 0 y 0,25 por ciento y compró activos como valores públicos u otros valores del mercado respaldados por hipotecas y valores del Tesoro, en el rango de cientos de miles de millones de dólares, aumentando la oferta monetaria al inundar las instituciones financieras con capital en un esfuerzo por promover el aumento de los préstamos y la liquidez. Los bancos se fortalecieron. Sin embargo, tal como un terremoto se produce periódicamente cuando las tensiones de las placas se hacen irresistibles, el QE sólo logró postergar el inevitable sismo, que después será muchísimo mayor. Entre 2008 y 2015, los activos totales según el balance general de la Reserva Federal aumentaron de 900.000 millones de dólares a 4,5 billones de dólares. Juntos, la banca central europea, el Banco de Inglaterra, el Banco de Japón y la Reserva Federal han acumulado balances de más de 14 billones de dólares. Los efectos de esta emisión inorgánica han sido el aumento de la especulación financiera, la creación de burbujas financieras, el aumento de los valores accionarios, la disminución en la confianza internacional en el dólar, pero el capital creado de la nada no ha impulsado el crecimiento económico.

Ahora el Fed está intentando revertir su expansiva política que no ha conducido al crecimiento, pero su “quatitative tightening” de aumentar las tasas de interés está colisionando con la política de Trump de facilitar el financiamiento a las corporaciones.


4. La deuda


Por 1950 los bancos comenzaron a otorgar, además de créditos hipotecarios, créditos de consumo a la clase trabajadora. Pronto ésta podía adquirir, sin haber ahorrado previamente, viviendas, automóviles, electrodomésticos, etc. El sistema crediticio permitió formar una gran clase media afluente y generó el “American way of life”. Los intereses recaudados enriqueció la banca y la industria se expandió. Sin embargo, la energía que se gastaba en el consumo de estos productos era obtenido del futuro en forma de deuda.

Hasta 1990 los Estados Unidos era el principal acreedor del mundo, ahora es su principal deudor. Al 30 de abril de 2018, la deuda pública ascendía a 15,3 billones de dólares y la intragubernamental a 5,7 billones de dólares, para un total o "Deuda Nacional" de 21 billones de dólares (105% del PGB) y se estima que se duplicará por 2028. La deuda total sube anualmente en alrededor de 1 billón de dólares. Desde luego, ella es una deuda imposible de pagar y los ingresos por impuestos escasamente cubren el pago de intereses. Las causas de los déficits y la deuda son directamente la consecuencia de financiar guerras en el Medio Oriente sin aumentar los impuestos para pagarlas (según Trump, en las guerras de Medio Oriente se han gastado inútilmente 7 billones de dólares), el aumento de la seguridad nacional y otros costos de defensa fuera de la guerra (se está investigando la desaparición de 21 billones de dólares del Pentágono), los recortes masivos de impuestos para las empresas y los inversionistas desde 2001, el crecimiento económico en dos tercios de lo normal en la última década, generando menos ingresos fiscales, la escalada de los costos de los programas de salud del gobierno debido a la escalada de precios en el sector de la salud, y ningún crecimiento de los salarios reales para el 80 por ciento de la fuerza laboral, lo que resulta en el aumento de los costos de los cupones de alimentos, Seguridad de Ingreso Suplementario, y otros beneficios.


5. La corporatocracia


La “corporatocracia” es un término reciente utilizado para referirse a un sistema económico y político controlado por corporaciones o intereses corporativos. Las corporaciones transnacionales causan estragos en los sistemas financieros, económicos, sociales y ecológicos en una colonización progresiva de la vida pública en la que sólo 147 organizaciones controlan ahora el 40 por ciento del comercio mundial. Las 200 principales corporaciones son más grandes que las economías combinadas de 182 países y tienen el doble de influencia económica que el 80% de toda la humanidad.

El origen de las corporaciones estadounidenses fueron los magnates industriales del siglo XIX. Algunos de los más famosos fueron: John Jacob Astor (bienes raíces, pieles), Andrew Carnegie (acero), Jay Gould (ferrocarriles), J. P. Morgan (finanzas, consolidación industrial), William Randolph Hearst (magnate de los medios de comunicación), John D. Rockefeller (Standard Oil), Cornelius Vanderbilt (transporte marítimo, ferrocarriles).

Se arguye que la causa de la desigualdad de ingresos es el resultado del auge de la corporativización. Se caracteriza por organizaciones y bancos semimonopólicos, grandes confederaciones de empleadores, que a menudo actúan con instituciones estatales cómplices de manera que desalientan (o bloquean) el funcionamiento natural de una economía libre. Los principales efectos de la corporativización son la consolidación del poder económico y la riqueza. El crecimiento relativo de los ingresos y la riqueza está ocurriendo entre los grandes empresarios descritos como súper-elites, peces gordos corporativos y traficantes de ruedas financieros y que ganan US$2 millones o más cada año. Las tasas efectivas de impuestos corporativos de los Estados Unidos también han caído significativamente y no han seguido el ritmo del crecimiento de los beneficios. Otro indicio del aumento del poder de las empresas fue la eliminación de las restricciones a su capacidad de recompra de acciones corporativas. También la concentración de corporaciones aumenta su influencia sobre el gobierno, como el poder de imponer la desregulación. Son peligrosas para la democracia por su capacidad de influir y, a menudo, de infiltrarse en los gobiernos y su capacidad de actuar como una auténtica clase social internacional para defender sus intereses comerciales contra el bien común. Es este poder de toma de decisiones, así durante los últimos 30 años, lo que ha dado lugar a cambios en las constituciones nacionales y en la legislación nacional e internacional, lo que ha creado el ambiente para el crimen corporativo y la impunidad. Asimismo las corporaciones tienen una influencia significativa en las regulaciones y en los reguladores que las monitorean.

Confesiones de un sicario económico, escrito por John Perkins, 2004, proporciona su relato de su carrera con una firma consultora de ingeniería. Su papel fue convencer a los líderes de países subdesarrollados para que aceptaran préstamos de desarrollo sustanciales para grandes proyectos de construcción e ingeniería que ayudarían principalmente a las familias más ricas y a las élites locales, más que a los pobres, mientras se aseguraban de que estos proyectos fueran contratados con compañías estadounidenses. Más tarde, estos préstamos le darían a los EE.UU. influencia política y acceso a los recursos naturales para las empresas de EE.UU.

El complejo militar-industrial es una alianza informal entre el Pentágono y la industria de defensa que lo abastece; en conjunto su interés común influye en la política pública. Un factor impulsor detrás de esta relación entre el gobierno y las corporaciones con mentalidad defensiva es que ambas partes se benefician, una de ellas de la obtención de armas de guerra y la otra de que se les pague por suministrarlas. El término ganó popularidad después de su uso en el discurso de despedida del Presidente Dwight D. Eisenhower el 17 de enero de 1961, quien advirtió que los Estados Unidos debe "protegerse contra la adquisición de influencia injustificada... por parte del complejo militar-industrial". Este complejo incluye a miembros del Congreso, de distritos dependientes de las industrias militares, el Departamento de Defensa, junto con los servicios militares y contratistas militares privados. En 2011, Estados Unidos gastó más en su ejército que las 13 naciones siguientes juntas. Los 9 mayores contratistas de defensa son  Lockheed Martin Corporation, la Compañía Boeing, la Compañía Raytheon, General Dynamics Corporation, Northrop Grumman Corporation, United Technologies Corporation, L-3 Comunicaciones y BAE Systems. Ellos conforman un poderoso lobby para inducir al país a sostener guerras y, bajo el supuesto que las industrias de armas proveen empleo y ventas, el presidente Trump se ha tornado en su principal agente de ventas. Por ejemplo, si el promedio de bombas arrojadas durante el gobierno de Bush fue de 21 bombas al día y el de Obama, 25 bombas diarias, con Trump el promedio ha subido a 121 bombas arrojadas diariamente por las fuerzas armadas de EE.UU. 

El neoliberalismo ha sido la idea para promover el comercio y la inversión global en un intento de encontrar siempre recursos más baratos, para maximizar los beneficios y la eficiencia de las corporaciones. La globalización es la interdependencia de los países como resultado de la creciente integración del comercio internacional y las inversiones. Considerando que el capital, la tecnología y las mercaderías pueden desplazarse por el mundo, al trabajo no le está permitido, por lo que la globalización permite a las empresas acceder a mano de obra a precios más baratos. Con el pretexto de que era mejor que EE.UU. se convirtiera de país productor a uno que ofrecería servicios, las corporaciones comenzaron, a partir de la década de 1990, a inducir al gobierno para flexibilizar la política de inversión y a tercerizar su producción en países con costos laborales e inmobiliarios mucho más bajos. Los resultados han sido nefastos para el empleo en EE.UU. Aunque las cifras oficiales indican un desempleo del 4%, están ocultando un gran desempleo. Según Pew Research Center, en enero de 2017 el número total de empleados fue del 59,2% de la fuerza de trabajo, mientras 35,2% no quería trabajar. El resto, aunque buscaba trabajo, no lo conseguía. Por otra parte, el número en el programa de asistencia alimenticia (Food stamps) ha subido de 18 millones, en el año 2000, a 45 millones, en el año 2015.